EL PIANISTA Y SU DAMA
(Tercetos con serventesio y pareado)
Sus manos de cetrina piel, recorren
teclas de albo marfil en el desván,
aunque sus ojos claros se amodorren.
El pianista dolor me da en su afán
tras cortinas cerradas de su hogar
con las luces del sol que ya se van.
Sus tristezas se esconden en el lar,
en oscuridad ámbar del ocaso
cuando una melodía va a tocar.
Sobre el piano, florcitas en un vaso,
que colocó una dama marroquí;
y pétalos cayendo al fino raso
que con suma elegancia estaba aquí,
decorando el hermoso piano blanco,
que costara quizás más de un cequí*.
El pianista y su dama en amor franco
esperando los case el alfaquí*,
los dos con vestimenta azul turquí.
INGRID ZETTERBERG
*Cequí: Moneda árabe de oro
*Alfaquí: Doctor o sabio de la ley
entre los musulmanes
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