ADIÓS SOLEDAD
(Soneto melódico)
Soledad que navegas en mi vida
vas llenando de brumas el momento
más aciago de ausencias y lamento,
es por eso mi pobre alma abatida.
Soledad, no te quiero por bebida.
Ya no más. Muchos años de tormento
soporté tu veneno en mi alimento.
Hoy te quiero lejana, en huída.
El amado, que estuvo ausente, vuelve
en poquísimos días; yo lo aguardo,
y de pronto la luz mi vida envuelve.
Soy feliz, el dolor al fin me absuelve
en morada de paz que huele a nardo.
Soledad, tu ponzoña se disuelve.
INGRID ZETTERBERG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario