LA ORACIÓN TIENE PODER
(Octavas reales)
Quizás Dios me quisiera consolar
al ver mi soledad y abatimiento,
pues alegría y dicha en el hogar
se apagaron cual velas con el viento.
Y en mi dolor principian a surcar
lágrimas por mi faz, y el desaliento
va empezando a adueñarse de mi ser.
¡Que Dios me quite pronto el padecer!
En el Señor confío; es mi paz.
En la oración encuentro dulce gozo,
por eso de rodillas hay solaz.
Y cuando satanás me hunde en un pozo
de dolor, la plegaria es eficaz.
Dios cambiará sufrir vano y sollozo
por danza y alegría en mi morada;
se encenderá la luz que fue apagada.
Muy pronto lo veré, pues vuelven risas
desde lejos a casa, fiesta oiré
en mi estancia, envuelta en tibias brisas
de casto regocijo, y diré
a todos que mi Dios oyó sumisas
oraciones fragantes, y así huiré
por siempre de congoja y triste llanto,
por eso a mi Señor hoy yo le canto.
INGRID ZETTERBERG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario