EL FRUTO DE LA PACIENCIA
(Jotabé espejo)
Se ausentaron las musas y la letra,
el vocablo escogido en lira diestra.
Lastimero quebranto de escritor
en ayuno de versos, sin amor,
es su pluma testigo del dolor
de su noche en tinieblas y clamor.
Se ha sentido vagar en la sombría
vaguedad de la hora que cubría.
Y llegaron después estrofas extra
alegrando al espíritu cantor
por la nueva canción que descubría.
Y sus alas de bardo que entreabría
le pusieron la vida y el color
necesarios en obra tan maestra.
Es muy cierto que al fin se le reabría
horizonte de luz que estaba umbría.
Y la musa volvió con sumo ardor
despejando tristezas a favor
del poeta que ungido de un honor
merecido, sintiose muy mejor.
En aquel soñador se vio la muestra
de paciencia y esfuerzo en la palestra.
INGRID ZETTERBERG
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