AL ÁRBOL VENEZOLANO
(Soneto Dactílico puro)
Araguaney de dorados capullos
encontrarás mi recuerdo a tu sombra
y lloraré ante el cantar que me nombra
de embelesado turpial en arrullos.
En los senderos del campo, murmullos
se han escuchado en la noche y no asombra
que el bisbiseo me ponga en zozobra,
oscuridad imperó entre barullos.
Amaneció con la brisa en tibieza;
me desperezo debajo de amores
de la dorada y florida belleza.
Araguaney que en el oro y pureza
admiración nos provocas con flores
y amarilleas camino en fineza.
INGRID ZETTERBERG
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